Un día descubrí, mientras le contaba a mi
esposa lo afligido que me sentía, que en ocasiones lo único que se necesita
para levantarse, es un oído que pueda escuchar.
No siempre un consejo es necesario y menos cuando el consejo podría no ser
acertado o aceptado. Las soluciones de muchos problemas ya están dentro de uno,
pero uno no las nota hasta que las verbaliza.
Aprende que no siempre hay que tener las
palabras para consolar a un amigo. Escuchar, permitir hablar y estimularlo a
buscar respuestas y volver a escuchar, pueden hacer tanto o más que unas palabras
de consuelo. Cuando un amigo necesite un consejo, te lo pedirá.
Buena reflexión. Necesitaba escuchar -o en este caso leer- qué pensaba alguien más sobre "escuchar o aconsejar". Para la próxima solo daré consejos cuando me lo pidan. Gracias.
ResponderBorrar