En general, todos tenemos límites cuando se habla de la mente. Unos más que otros, pero es como la economía, los recursos son limitados, pero aprender a manejarlos nos podría sacar de la pobreza. La carencia de inteligencias, en especial la Inteligencia Emocional, nos hace pobres de espíritu, faltos de metas, objetivos, entusiasmo y motivación. La escasez de todas estas cosas te aleja de la felicidad y del éxito académico, laboral, social y hasta el éxito en tus relaciones afectivas y de familia. Esta publicación tiene como propósito que entiendas mejor tu cerebro-emocional, lo que podría ayudar a ser más feliz, inteligente y exitoso.
¿Por que se es o no emocionalmente inteligente?
Es en los primeros
años de vida donde se adquieren las primeras experiencias y nuestro aprendizaje
emocional original. La Dra. Teresa Dalmau, en su presentación de “Inteligencia
Intelectual e Inteligencia Emocional” publicada en el siguiente enlace: (clic aquí), lo expresa de la siguiente forma:
“La
experiencia de nuestros primeros años
constituye nuestro autentico aprendizaje emocional. Constituye un aprendizaje
poderoso, grabado para siempre. Esto explica nuestro desconcierto ante los
estallidos emocionales nuestros… datan de un tiempo muy temprano en nuestra vida…cuando
no comprendíamos lo que sucedía”.
Con esto, ella
explica porque muchas veces respondemos a situaciones nuevas con respuestas
obsoletas; respuestas que fueron grabadas cuando éramos niños.
Características
de una Inteligencia Emocional Saludable
Una Inteligencia
Emocional saludable se puede detectar cuando están presentes las siguientes características:
·
Motivación- Esta es un estado interno que activa, dirige y mantiene la
conducta. Se tiene cuando existe un motivo que te mueve a realizar las
tareas o acciones necesarias, con entusiasmo, para lograrlo.
·
Disciplina- En
el buen sentido de la palabra, es la capacidad para ser consistente y
perseverante en los conocimientos, valores y moral, aprendidos, que nos
permitan el auto-control y una conducta adecuada.
·
Intelecto- La
Inteligencia Emocional ayuda a desarrollar la Inteligencia Intelectual.
·
Habilidades
Sociales- Está presente la capacidad de comunicación, buenas relaciones
interpersonales y el poder de influenciar en los demás de forma positiva.
·
Éxito- Aunque
ninguna inteligencia te puede asegurar el éxito, las probabilidades de alcanzar
tus metas, sueños y deseos aumentan cuando se tiene buena salud mental y se es
emocionalmente estable e inteligente.
¿Cómo
podemos fomentar la Inteligencia Emocional?
Si es en nuestra
niñez cuando adquirimos nuestro aprendizaje emocional original, es en ella en
la que debemos comenzar a cultivarla. Así que tanto padres, maestros y líderes
religiosos y hasta políticos, deberían tener o crear más conciencia en este
tema.
Se le preguntó a Gabriel
Goleman, persona que popularizó el termino Inteligencia Emocional, con el libro
“Emotional Intelligence” en 1995, que
cómo se podría educar a niños que han tenido una educación emocional precaria. La respuesta fue clara, “es más difícil, pero mientras
más pronto comencemos a enseñar a los niños las respuestas correctas, más
pronto pueden pasar a ser parte de su repertorio... Un niño puede haber
aprendido que cuando te da rabia, tú gritas y pegas. Alguien tiene que ayudar a
estos niños a aprender respuestas alternativas, que son mejores a la iniciales.”
Dificultades y Posibles Enemigos de la Inteligencia Emocional
· Tecnologías- El
reto al que nos enfrentamos en la actualidad, es que la nueva generación, es
una generación de Inteligencia Artificial. Una generación tecnológica que
incluso muchos padres hemos apoyado, tratando de alejar a nuestros niños y
jóvenes de las peligrosas calles de nuestros tiempos. Una generación donde el
afecto, las habilidades sociales, las relaciones interpersonales, etc. están siendo
influenciadas, actualizadas y modificadas por las tendencias y comportamientos
en las redes sociales. También el rápido y fácil acceso a todo tipo de noticias
e información, sin control, a través de los medios, que hacen parecer obsoletos
a los encargados de educar a niños y jóvenes.
·
Ansiedad- Se dice que la ansiedad mina la
inteligencia. La tención causada por la ansiedad nubla la capacidad de pensar
con claridad.
·
Pesimismo- Es le expectativa
de que las cosas saldrán mal. Este puede ser causante de desesperanza y
depresión.
·
Ineficacia- El no saber cómo
enfrentarse a los desafíos y retos de la vida según se van presentando.
·
Estancamiento- Una vez uno
de mis mentores en las ventas me dijo, “Lo
que deja de fluir, se estanca; lo que se estanca, muere; lo que muere, se pudre
y lo que se pudre hiede”.
En la vida todo es ir, dice la canción. Todo continúa, todo sigue, todo fluye y la vida no se
detiene.
·
Desesperanza- Lo contrario a
la fe. El no creer. No creer en uno, en sus posibilidades, en creerse capaz de
alcanzar sus sueños, metas y objetivos.
Entonces
¿Qué hacer?
Si estás considerando
muy enserio este tema (que si en esta lectura llegaste hasta aquí, es porque lo
estás), es muy importante que entiendas la anatomía del cerebro con relación a
la Inteligencia Emocional. Los siguientes enlaces te ayudarán a entender cómo
funciona este tema, a nivel cerebral:
Si eres maestro(a),
educador(a) o facilitador(a), te recomiendo ver la siguiente publicación de la
Dra. Teresa Dalmau. Te prometo que será de gran ayuda para que fomentes la
Inteligencia Emocional en tus estudiantes:
Si eres un padre,
preocupado por desarrollar la Inteligencia Emocional en tu hijo(a), visita la
siguiente publicación:
Si estás en la búsqueda
de aumentar, desarrollar o modificar tu propia Inteligencia Emocional, entonces
considera las siguientes lecturas que contienen claves y/o pasos necesarios para
ello:
Este tema cada día
toma más fuerza en las organizaciones y en los departamentos educativos de los países
hispanos. Hace mucho que se conoce de él, pero no se le ha dado la importancia
que merece. No te detengas, sigue buscando información. No hay éxito sin buenos
hábitos emocionales. Comparte esta publicación y ayúdanos a seguir llegando al
resto del mundo con información importante y relevante.